São Paulo (o San Pablo) es la mayor ciudad de Brasil, y también la mayor del continente, lo que la convierte en una verdadera selva de cemento donde se puede encontrar atractivos para todos los gustos, desde culturales, artísticos, gastronómicos, historia, naturaleza y por supuesto mucho fútbol.
Es un país dentro de otro, una ciudad que forma un mundo de por sí mismo.
Habitan las mayores colonias de inmigrantes japoneses, portugueses y españoles que viven fuera de sus países respectivos.
La ciudad cuenta con más de 4000 plazas públicas, 372 especies de aves, 12.500 restaurantes, 1.500 pizzerías, son algunos de los números que sorprenden de esta ciudad-país.
Las mejores vistas de la ciudad se pueden apreciar desde los los restaurantes panorámicos que funcionan en la punta de la torre del hotel Tivoli Mofarrej o del edificio Terraço Itália. Es impresionante ver como las calles y las casas se extienden a lo largo, subiendo los morros que la rodean. De noche hay vistas espectaculares desde el Pico do Jaraguá (que mide más de mil metros de altura).
San Pablo se conoce transitando la Avenida Paulista, que es la columna vertebral de la ciudad. Es una calle que no para ni de día, ni de noche, que la recorren más de 1 millón de personas por día.
Es el paraíso y el infierno a la vez. El paraíso para los adictos a las marcas, las compras, las novedades y el bullicio.
En esta avenida principal de la ciudad se puede encontrar todo tipo de marcas, y actividades.
Hay que conocer el Museo de Artes de San Pablo (MASP), el cual se presenta como la mayor colección de América latina. Entre las 8000 obras expuestas se pueden encontrar las de grandes maestros del arte, como Rembrandt hasta los artistas más contemporáneos.
El MASP es reconocido por su colección completa de las bailarinas de Degas.
Un lugar para conocer es el Patio del Colegio, el edificio actual más antiguo y el único superviviente de las primeras épocas de la ciudad, cuando era una villa pobre y lejana del imperio colonial portugués.
Los jesuitas lo construyeron en el año 1550, tuvo un importante papel religioso y educativo, y luego fue sede del gobierno nacional durante mucho tiempo. Hoy es un museo.
Su impecable fachada blanca, esconde un pequeño secreto, ya que en realidad es una réplica construida en 1979, dado que el edificio original se había derrumbado.
Igualmente, dentro del edificio se encuentran restos de la construcción original, y a pesar de todo, se considera el edificio más antiguo de San Pablo.
El Teatro Municipal es un emblema del centro histórico de San Pablo.
Inaugurado en el año 1911, es una joya arquitectónica que recuerda la Opera Garnier de París, en la cual se inspiró su arquitecto.