Olinda está en el estado de Pernambuco, es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de Brasil y fue declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la Unesco, en el año 1982.
Fundada en el año 1535, fue la ciudad más rica del Brasil Colonial entre el siglo XVI y las primeras décadas del siglo XVII, y se la conocía como la "pequeña Lisboa".
Entre los años 1624 y 1625, fué la sede del Brasil Colonial durante las invasiones neerlandesas con Matias de Albuquerque dirigiendo a Olinda.
Olinda se mantuvo prospera hasta la invasión neerlandesa a la Capitanía de Pernambuco, cuando la ciudad fue incendiada en el año 1631 y los neerlandeses se instalaron en Nova Holanda. Luego de la Insurrección de Pernambuco, Olinda volvió a ser sede pero sin la influencia del pasado, lo que provocó conflictos como la Guerra de los Mascates.
A mediados del siglo XIX, la ciudad dejó de ser la capital de Pernambuco.
Según la tradición popular, su nombre provendría de una exclamación de Duarte Coelho, primer capitán donatario de la Capitanía de Pernambuco al decir: «Oh, linda situação para se construir uma vila!» (¡Oh, linda ubicación para construir una villa!). Otros historiadores prefieren la hipótesis de que es una referencia a localidades portuguesas, como Linda-a-Velha o Linda-a-Pastora.
Olinda también es el nombre de un personaje del Amadis de Gaula, un libro de caballerías muy leído en la época de fundación de la ciudad.
Olinda es una belleza natural y uno de los centros culturales mas destacados de Brasil.
En su centro histórico se revive el esplendor del pasado, con su carnaval, el sonido del frevo, el maracatú y otros ritmos originales de Pernambuco. El carnaval mantiene la esencia de las danzas mixtas de portugueses y africanos.
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