La historia de Caldas Novas se remonta a la época precolonial, cuando la región era habitada por indígenas caiapós.
En el siglo XVIII, se descubrieron las aguas termales de la región, que rápidamente se convirtieron en un atractivo para los colonos portugueses y las tribus indígenas locales.
En el año 1812, la región fue reconocida oficialmente como un lugar de curación por el gobierno colonial portugués. A lo largo del siglo XIX, la ciudad se desarrolló como un centro termal y recibió visitantes de todo Brasil.
Durante el siglo XX, Caldas Novas experimentó un gran crecimiento y se convirtió en una de las principales ciudades turísticas de Brasil, con numerosos hoteles, resorts y parques acuáticos que ofrecen las aguas termales y otros atractivos turísticos.
En el año 1985, la ciudad se convirtió en un municipio independiente, separándose de la ciudad vecina de Rio Quente.
Desde entonces, Caldas Novas ha continuado creciendo y desarrollándose como un destino turístico popular, atrayendo a visitantes de todo el mundo que buscan disfrutar de las aguas termales y otros atractivos de la ciudad.
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