La Iglesia de Nosso Senhor do Bonfim se encuentra en la Sagrada Colina, en la península de Itagipe
Tiene una fachada rococó, y muchas cintas de colores colgando de sus puertas. Son las famosas "fitinhas do Bonfim", cintas que los fieles atan en señal de devoción, o para dar gracias.
Las fitinhas son también un símbolo religioso de Salvador, porque en la tradición del lugar cada uno de los colores corresponde a uno de los Orixá: las semi-divinidades afroamericanas, un culto que siempre estuvo vivo entre los habitantes de Salvador.
A lo largo de los años, ha sido testigo de diferentes tradiciones y cultos, convirtiéndose en uno de los lugares religiosos más querido de la ciudad.
El capitán de la Armada portuguesa Theodozio Rodrigues de Faria y su tripulación sobrevivieron a una gran tormenta en el mar, fue entonces cuando el capitán prometió honrar al santo que le salvó la vida.
Hoy en día, los salones dorados de la iglesia de Nosso Senhor do Bonfim alberga una réplica de la imagen de una estatua portuguesa original de Cristo, traidas por el capitán.
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